El corazón detrás de la recuperación del Centro Histórico de Lima

En 1532, bajo el liderazgo de Francisco Pizarro, los españoles lograron la victoria sobre Atahualpa, marcando el declive del poderoso Imperio Inca. Posteriormente, el 18 de enero de 1535, Lima «Ciudad de los Reyes», fue fundada cuando la corona española otorgó a Pizarro la autorización para gobernar el impresionante enclave que descubrió en el valle del Rímac. Este lugar estratégico se convirtió en el epicentro político, económico, cultural y comercial del futuro Virreinato del Perú.
Siglos después, la capital de Perú fue reconocida como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO por su centro histórico, el que destaca por su arquitectura colonial, reconocida por sus fachadas, pasillos y balcones, que dan cuenta la influencia española en la región.


Si bien, Lima ha dado origen a muchos actores destacados en el ámbito cultural, en esta oportunidad tuvimos el placer de conversar con el que le ha puesto corazón y energía a desempolvar la historia, la arquitectura y por supuesto, el patrimonio que se esconde atrás de las imponentes construcciones coloniales.
Mientras se desplazaba a su trabajo, logramos encontrar en su apretada agenda unos minutos para conocer más sobre su trabajo y parte de su anhelo personal. Luis Martin Bogdanovich es un arquitecto de la Pontificia Universidad Católica de Perú e historiador del arte de la misma universidad. Actualmente es el Gerente de ProLima, en la cual lleva años trabajando por ser un aporte a la restauración y conservación del centro histórico de Lima.

Comenzamos por preguntar ¿de donde nace este deseo por la recuperación del centro histórico de Lima?
Siendo el inicio de su respuesta del corazón nos dio a entender el verdadero compromiso que tiene Bogdanovich por ser un aporte a la cultura, y más específicamente, a la conservación del patrimonio arquitectónico de Lima. Posterior, el arquitecto sostuvo que el conocimiento y las ganas de saber más, nacen del sentimiento e interés que se tiene. En ese sentido, su interés nace del sentimiento que tiene del centro histórico de Lima, por lo que plantea de haber nacido en otra ciudad quizás está pasión sería por la que lo vio nacer.
Desde su etapa en el colegio, Luis Martin descubre un libro de la Lima del S. XIX y confrontándolo con la realidad del centro histórico se dio cuenta de que había sucedido un cambio en el camino, que la realidad no era igual a lo que aparecía en el libro. Motivado por su interés de saber en qué estado estaban estas imágenes, es que le plantea a su madre que lo lleve a visitar los lugares del libro (conventos e iglesias) exactos para comparar las fotografías con la realidad. A este aspecto, resaltó que el querer algo, te demanda a conocer más de eso. Por ende, comenzó a aprender más sobre Lima, sobre historia del arte e historia de arquitectura, volviéndose estas temáticas claves para guiar su posterior labor para con la sociedad limeña.
Durante su paso por la universidad, ya se veía motivado por querer ir al centro de Lima, recorrerlo, observarlo y comprendiéndolo, si bien, el desde pequeño y de la mano de su madre, ya se sentía atraído por estar ahí, fue en su periodo universitario que, como la mayoría, se emancipa y se libera de ciertas cosas con la motivación de meterse en todas partes del centro.



Con respecto a sus fuentes de inspiración, Luis Martin nos comentó que se trata de un amor muy personal, que definitivamente ha tenido inspiraciones y tutores, como su madre y su abuela paterna, con la que recuerda haber asistido a la Procesión del Señor de los Milagros y Santa Rosa, además de sus conversaciones relacionadas a la vida de los santos, lo que desencadenó en su gusto por el arte sacro, lo espiritual y lo trascendente. Concluyendo de cierta manera, que estas fueron las semillas que se pusieron en un terreno fértil, es decir, en la imaginación de un niño.
Lo anterior, nos motivó a indagar sobre su relación con el arte y la arquitectura colonial.
Su gusto por el arte sacro se fue cruzando con su trabajo en ProLima, si bien, siempre le ha interesado el arte antiguo, la historia y los cuentos, el estar inmerso en la propia historia y cultura de su país y teniendo a la mano en Lima el arte virreinal, han despertado una especial predilección por este, desarrollado un sentimiento por el arte virreinal.

Dando un giro a la conversación, nos intrigaba saber ¿cuál es el valor que le da la sociedad limeña a la restauración del Centro Histórico de Lima?
Se debe tener en cuenta que Lima es una ciudad muy grande, por lo que existen personas que valoran y otras que no. Bajo mi punto de vista, no existe una consciencia colectiva sobre la importancia de la restauración, lo que no quiere decir que existan personas que se van contagiando de este espíritu revitalizador, que va invadiendo todos los rincones del centro histórico de Lima, inspirando con la palabra y no con el ejemplo.


Lo anterior abrió paso a preguntar, ¿de qué manera se puede influir en este cambio?
Dejemos de ser espectadores para volvernos actores del cambio, todos desde el lugar que ocupamos podemos poner un granito de arena y contribuir en esto, cada uno desde donde está, y cada quién sabrá como.
¿Cuales fueron los principales desafíos al momento de trabajar en la restauración?
Cada paso que uno da está acompañado de dificultades de todo tipo, No recuerda algo que no haya tenido dificultades. Cada etapa tiene su reto, cuando asumió ProLima, la institución era bastante pequeña dentro de la municipalidad de Lima, con una gran responsabilidad, pero sin proyección ni ambición. Hoy en día, ProLima ha crecido, tiene un peso específico y cuenta con muchos profesionales que pueden desarrollarse dentro, aportar con su conocimiento y esfuerzo en la recuperación del patrimonio. La tarea por supuesto, es enorme y ya realizada puede ser un motor de desarrollo importante. Al inicio el reto fue demostrar que con los pocos recursos que se tenían era posible hacer algo distintivo y redituable en muchos aspectos.
Luego que logramos lo anterior, se empezó a tener visibilidad de un tema que es trascedente (recuperación de patrimonio), pero, si no existe consciencia de esa trascendencia no se puede realizar acción que logre visibilizar esta grandeza. Por lo que todo parte de una consciencia y luego, una visión de manera progresiva que construya ese camino al futuro.
Luis Martin comenta que cada paso que se da tiene un reto distinto, no nos olvidemos que los seres humanos, en nuestra infinita complejidad, cuando nos enfrentamos a mucha eficiencia, generamos anticuerpos, le tememos a la eficiencia, por lo que otro reto sería lidiar con la naturaleza humana. Las personas demandan eficiencia, pero cuando la tienen, le temen.


Se piensa que la restauración o el trabajo de la cultura es solo para los amantes del arte, el diseño y la arquitectura ¿qué mensaje darías tu para derribar este mito?
Viniéndole varias cosas a la mente, Bogdanovich nos mencionó que cuando hablo de recuperación de la ciudad, hablo de recuperación de la belleza, y en este tiempo, la belleza se ha convertido en algo accesorio, pero en realidad, no es accesorio, sino que es de gran profundidad y espiritualidad, porque la belleza en sí mismo es trascendente. El ser humano desde que es humano busca la belleza y la pone en servicio de Dios, de lo mas grande que puede tener el ser humano, de aquello que quiere exaltar. Puede que quieras exaltar a Dios, a un monarca, un concepto, una nación o algo especial.
Por lo que es algo que está dentro de nosotros, no podemos renunciar a eso, por lo que esa es la razón por la que se escoge un lugar bello para viajar, siendo la belleza parte del ser humano. Hizo énfasis en que no es solo restauración del patrimonio, si no que de la naturaleza humana. Es simplemente ser consciente de ese valor y cuando se recupera la ciudad, le estas devolviendo humanidad a la gente, la gente lo percibe y agradece, quizás no es consciente, pero eso afecta a su estado de ánimo, cuando te das cuenta de que no solo estas trabajando en lo que te da placer, sino que también termina siendo un placer individual y que ese disfrute personal tiene una recompensa social, es decir, tiene una repercusión ciudadana, ahí es cuando te sientes satisfecho y te das cuenta que la labor de la recuperación es un proceso largo, porque se tiene que identificar, investigar, conservar, restaurar, salvaguardar, reconstruir, mantener, es un gran abanico de acciones que podríamos llamarlo la gestión del patrimonio y que cada una de esas etapas repercute de manera directa o indirecta en la ciudad y los ciudadanos, por eso es que es trascendente. Concluyendo que, las personas que no son conscientes de esto deberían serlo y quizás ahí colaboren con la gestión de la ciudad.


¿Cuál es tu opinión sobre intervenciones contemporáneas en edificios patrimoniales?
Respondiendo que no tiene problemas, pero se debe conocer lo que se va a intervenir cuáles son los valores que se quieren conservar en el inmueble o lugar y ser capaces de sumar un valor de nuestro tiempo que no se riña con el valor del pasado, más bien que no lo anule y lo potencie. Por eso se debe saber dónde se está interviniendo. Desarrollando su idea con los centros históricos como lugares en donde se superponen distintas capas de valor, de distintos tiempos, siendo los lugares más valiosos de cada ciudad. Nosotros en nuestro tiempo estamos llamados a seguir sumando valor a esta superposición de valores, pero se debe saber hacerlo, que nuestras intervenciones no destruyan el pasado, nada de lo que hagamos en el presente debe destruir lo valioso del pasado, todo lo que hagamos en este tiempo tiene que procurar ser igual de valioso.
Antes de finalizar, quisimos saber sobre sus sueños, sus deseos y anhelos para Lima, Perú y los personales.
Estoy muy concentrado en el centro histórico de Lima, mi mayor anhelo es que se cumpla con lo estipulado, que se maximice y deje de ser un esfuerzo personal e institucional y se convierta en una pasión colectiva y todos quieran contribuir en esto, en ese momento podré decir, ¡misión cumplida!. Que todos quieran contribuir en el plan maestro de la recuperación del centro histórico de Lima.
Por último, ¿qué mensaje darías para resaltar la importancia del patrimonio?
Tenemos que ser conscientes del tesoro que tenemos en nuestras manos, cada país tiene su propio tesoro, cada lugar tiene sus propios tesoros, conservarlos, quererlos e inspirarnos. A las personas les digo que el centro histórico de Lima es una veta inagotable de inspiración, muchas veces miramos al interior del Perú olvidándonos lo que tiene Lima, no necesitamos mirar al costado, si no más bien dentro y en lo que tenemos encontrar esa inspiración. Existe tanto por conocer, tanto que se ha perdido en el tiempo, en que no necesitamos mirar al costado, sin duda esto debe ocurrir en muchos lugares.


Autor: Fabrizio Rubio Palavicino